El Castillo de Vélez Blanco es la fortaleza más imponente de Almería, después de la Alcazaba de la capital. Originaria del siglo XVI, su decoración renacentista fue vendida, desmontada y trasladada al Metropolitan Museum de Nueva York entre 1903 y 1964. Os vamos a contar por qué ocurrió, cómo fue su viaje y algunas historias más sobre el castillo.
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LA CONSTRUCCIÓN DEL CASTILLO DE VÉLEZ BLANCO
Nos encontramos al norte de Almería, territorio del Reino Nazarí de Granada durante la Baja Edad Media. Tras la conquista de Granada era necesario fortalecer la zona y dotarla de autoridad. Es el momento de la construcción del castillo de Vélez Blanco.
Los Reyes Católicos obligan/pactan con los Fajardos. Estos nobles murcianos ceden en el Adelantamiento de Murcia, Cartagena y se les conceden las villas de Vélez el Blanco, Vélez el Rubio, Cuevas y Portilla. D. Pedro Fajardo Chacón recibe el título de Marqués de los Vélez en 1503 y, tres años después, inicia la edificación del nuevo castillo en Vélez Blanco sobre la antigua fortaleza musulmana. Las obras del alcázar palacio se concluyen en 1515, siguiendo las pautas de las fortalezas medievales y los modelos de decoración renacentistas para la parte palaciega.
El castillo de Vélez está construido con sillares toba o travertino y calizas. Ambas rocas sedimentarias fueron obtenidas en canteras cercanas. Probablemente del paraje conocido como las canteras y de la entrada al pueblo de Vélez Blanco.
LOS MARQUESES DE LOS VÉLEZ
Originarios de tierras gallegas, los Fajardo constituyeron un linaje con una importante presencia en las luchas de frontera entre cristianos y musulmanes entre los siglos XIV y XV. Asumieron la defensa del litoral murciano frente a la incursiones y amenazas de los berberiscos del norte de África. Gran parte de sus ingresos provenían de las minas de alumbre de Mazarrón (en Murcia), de los impuestos jurisdiccionales y de la ganadería.
Conformaron un importante y extenso señorío con las poblaciones de Molina de Segura, Molina, Mula, Priego, Alhama y Librilla en el reino de Murcia. Más tarde, con la incorporación del reino de Granada en la corona de Castilla, su señorío aumentó de forma considerable. Gran parte de la provincia de Almería quedó bajo su control como consecuencia de donaciones, herencias, compras. En el norte Vélez el Rubio, Vélez el Blanco y en el valle del Almanzora: Cuevas, Portilla, Oria, Cantoria, Partaloba, Albox, Albanchez, Benitagla y Zurgena.
Su escudo incluye tres matas de ortigas sobre tres montes y unas ondas de mar, previsiblemente originarias de Ortigueira (La Coruña). Fue adoptado posteriormente por las poblaciones de Vélez Blanco, Vélez Rubio y, parte de él, en las de Cantoria, Arboleas, Albox y Cuevas.
EL PATIO DEL CASTILLO DE VÉLEZ BLANCO
La decoración renacentista se encontraba en los cuatro lados:
- Un lateral de la torre del homenaje con el escudo de D. Pedro Fajardo Chacón (1478-1546).
- El muro con 6 ventanas profusamente decoradas.
- La galería alta que se correspondía con el mirador.
- La doble galería (alta y baja) que daba acceso a los salones del Triunfo y la Mitología.
Salvo el de la torre del homenaje, los tres lados citados se completaban con una cornisa con gárgolas y rematado con una balaustrada de la que se conservan fragmentos sueltos. El material utilizado fue mármol de Macael. La decoración en capiteles, columnas, cornisa, jambas y paneles se completaba con escudos heráldicos, candelieri, figuras femeninas, animales alados y monstruosos, propios del refinado gusto de los artistas y señores de la época.
EL MIRADOR DEL CASTILLO
Un elemento inconfundible tanto desde el exterior como desde el interior es el amplio mirador de varios arcos con detalles decorativos góticos o bajomedievales. Para impermeabilizar este espacio se usó una cubierta de plomo y teja. Desde el mirador se obtenía una extraordinaria panorámica hacia el pueblo, la vega, el monte de la Muela y la tierra de frontera del antiguo reino de Murcia con el castillo de Jiquena en lontananza. Quizá sea una de las vistas más bonitas de Almería.
Era un espacio ligado al patio y las dependencias palaciegas que servirían de paseo y recreo para los habitantes. Actualmente es el lugar preferido de los viajeros para eternizar su visita con fotos.
LOS FRISOS DE LOS SALONES
Los 11 largos frisos esculpidos en madera representaban los triunfos de César en las Galias y los trabajos de Hércules. En ambos casos se trata de héroes de la Antigüedad clásica, tan del gusto de los hombres renacentistas. Recordemos que Pedro Fajardo fue educado por Pedro Mártir de Anglería y fue poseedor de una considerable biblioteca en su propio castillo. Estos apreciados frisos, realizados siguiendo modelos clásicos de Jacobo de Estrasburgo, estaban colocados bajo el artesonado de los salones de Triunfo y al Mitología, respectivamente.
LA RUINA DEL CASTILLO DE VÉLEZ BLANCO
Pedro y su hijo, D. Luis Fajardo de la Cueva (1508-1574), que luchó contra los sublevados moriscos, vivieron largas temporadas en el palacio, pero sus descendientes prefirieron el palacio de la ciudad de Murcia y la Corte madrileña. De modo que el edificio y la administración del señorío quedaron en manos de administradores. Algún marqués lo visitó esporádicamente (Fernando Joaquín en el s. XVII y Antonio Álvarez de Toledo en 1769), pero la mayoría ni lo conocieron. Más aún cuando se extingue la estirpe de los Fajado (finales del S. XVII) y el título pasa a los Álvarez de Toledo. Las numerosas noticias que tenemos desde finales del s. XVIII son cada vez más preocupantes: ruina, abandono, clausura, desidia… La escasas fotos de finales del s. XIX son premonitorias de su inmediato descuaje.
LA VENTA DEL PATIO DEL CASTILLO DE VÉLEZ BLANCO
El deseo de los marqueses de disponer de fondo monetario, la sagacidad de los anticuarios y la inexistencia de legislación de protección concurrieron para que el francés Golberg adquiriera en 1903 los frisos de madera. Al año siguiente, provisto de una buena cuadrilla de operarios, desmontó las preciosidades artísticas del edificio: las galerías del patio, las ventanas, las escalera de subida y las entradas a los salones nobles. Numeradas y ordenadas, viajaron en carreta hasta el puerto de Cartagena. Allí se dio la voz de alarma, pero las piedras siguen su ruta hacia Marsella y, de nuevo en carretas, hasta los almacenes de París.
DE FRANCIA A ESTADOS UNIDOS
En los almacenes de la capital francesa fueron visitados por varios coleccionistas y hombres de negocios. Por ejemplo, a punto estuvo de adquirirlos mister Archer Huntinton, el célebre amante del arte español que creó al Hispanic Society en América. Finalmente sería el matrimonio de Georges y Florence Blumenthal quienes llegaron a un acuerdo con Goldberg. De nuevo fueron embalados y trasladados a Nueva York donde los ricos y cultos nuevos propietarios estaban levantando una lujosa mansión en la 5ª Avenida. Allí, formarían parte del salón principal a dos alturas, rodeados los mármoles de decenas de piezas artísticas traídas de todos los lugares del mundo.
DE LA MANSIÓN DE LOS BLUMENTHAL AL MET
Georges Blumenthal decidió que las colecciones fueran donadas al Museo Metropolitano de la ciudad, del que había sido patrono. De modo que en 1945 se produjo un nuevo desmantelamiento y transporte al citado Museo, que tardaría años en instalarlo en una de sus salas principales. Antes, en 1959, la investigadora Olga Raggio (1926-2009) se desplazó hasta España para documentar convenientemente el nuevo montaje que quedó listo en 1964. Al tiempo O. Raggio dejó escrito el mejor estudio histórico y artístico sobre el patio.
LA DISPERSIÓN MUNDIAL DE VARIAS RIQUEZAS ARTÍSTICAS
La decoración del patio del castillo de Vélez Blanco en mármol se conserva casi íntegra en el Met de Nueva York. Sin embargo hubo otras piezas artísticas que se dispersaron por el mundo.
Emile Peyre adquirió los 11 frisos de madera para el Museo de Artes de Decorativas de París. Fueron olvidados en los almacenes y redescubiertos en 1992. Cuando se localizaron estaban muy deteriorados. Fueron restaurados, estudiados por Monique Blanc y puestos algunos en la exposición permanente.
Los artesonados de madera de ambos salones se tallaron con decoración inspirada igualmente en modelos renacentistas. Desde su despojo a comienzos del siglo XX no se conocía el paradero de los mismos. Se sabía que estuvieron instalados en la mansión neoyorquina de los Blumenthal en Nueva York, pero luego se perdió su pista. Investigaciones recientes los han localizado en el Instituto de Cultura Hispánica de la ciudad de México.
Los azulejos de los pavimentos fueron sustraídos y muchos acabaron en manos particulares. El Museo Miguel Guirao de Vélez Rubio conserva algunos, pero la mayor parte se hallan en un el Instituto de Valencia de Don Juan, en Madrid.
Finalmente, la puerta de bronce fue vendida a un coleccionista, pero se desconoce su paradero actual.
LA RECUPERACIÓN DEL NOBLE Y MALTRATADO EDIFICIO
Tras el descuaje de 1904, la fortaleza quedó gravemente dañada y en ruina total. Algunos eruditos lloraron su pérdida, pero las primeras intervenciones para su limpieza y reconstrucción comenzaron a mediados de los años 60 y se prolongaron hasta finales del siglo XX. La Junta de Andalucía fue quien finalmente lo adquirió entre 2005 y 2006. Aunque se realizó un escaneado 3D del patio en Nueva York, aún no se ha abordado su reproducción en el castillo de Vélez Blanco.
VISITAR EL CASTILLO DE VÉLEZ BLANCO
VISITA VIRTUAL AL PATIO DEL CASTILLO DE VÉLEZ BLANCO
La mejor opción para conocer un lugar es visitarlo, y si puede ser junto a un guía mucho mejor aún. Si no podéis hacerlo ahora, os dejamos esta reconstrucción virtual en 360 grados donde se superpone la decoración en Nueva York sobre el estado actual del patio del castillo.
MEJOR MOMENTO PARA VISITAR EL CASTILLO
Siempre decimos primavera y otoño, pero en los Vélez hay pocos árboles de hoja caduca y el invierno es un momento fantástico para visitarlo. Con suerte incluso es posible que os encontréis el castillo nevado.
Pero además, en verano se celebra el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. Es un festival con 19 años de antigüedad y donde se ofrecen conciertos dentro del mismo castillo. ¡Música renacentista en un castillo renacentista!
CÓMO LLEGAR AL CASTILLO
Tanto si venís del levante como del poniente, se llega a través de la autovía A-92. A la altura de Vélez Rubio dejaremos la autovía para poner rumbo a Vélez Blanco. Tras 6 kilómetros por carretera convencional llegaremos a Vélez Blanco.
Si vais a visitar el castillo no entréis al pueblo. Continuad la carretera ya que el castillo de Vélez Blanco cuenta con un acceso directo. Algunas calles de Vélez Blanco son muy estrechas y no merece la pena complicarse con el coche. Aunque sí que merece la pena visitarlas a pie.
Los vehículos se pueden dejar en el mismo castillo ya que cuenta con aparcamiento.
HORARIO Y PRECIO
El castillo de Vélez Blanco está abierto de miércoles a domingo y permanece cerrado lunes y martes. Tiene dos horarios, el de invierno y el de verano.
- De mayo a septiembre: de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00
- De octubre a abril: 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00
La entrada es gratuita
No hay servicio de guía o audioguía.
En cuanto a la museografía, solo dispone de una sala con paneles informativos y un par de maquetas.
Teléfono de contacto: +34607415055
VÉLEZ BLANCO. UN PUEBLO CON ENCANTO
No os podéis ir sin visitar el pueblo de Vélez Blanco. Es quizá el pueblo más destacado de la provincia de Almería y uno de los más bonitos de España. Su atractivo reside tanto en su aspecto exterior, recostado sobre una ladera hacia la fértil vega, como en su interior por el diseño de sus calles, la abundancia de las fuentes y el aspecto de algunas de sus grandes mansiones.
El mayor placer del casco urbano es pasear tranquilamente por su calles, charlar con su vecinos, tomar fotos desde perspectivas increíbles y tomar un aperitivo en alguno de sus numerosos bares. También hay que visitar algunos de sus monumentos: templos, ermitas, Centro de Interpretación del Agua o el Centro de Visitantes del Parque Natural Sierra María los Vélez.
IGLESIA DE LA MAGDALENA
El viejo templo del Magdalena se ubica a los pies del castillo del marqués, justo por encima del barrio de la Morería y rodeado de multitud de restos medievales sin estudiar. Al parecer, está levantado sobre la antigua mezquita musulmana, aunque los restos actuales de sus muros son claramente cristianos. Destaca su esbelta torre, que aloja 4 escudos de estirpes de nuevos repobladores. En tiempos se constituyó en parroquia del lugar hasta la construcción de la actual iglesia de Santiago Apóstol (siglo XVI) en la zona cristiana, junto a la Corredera, la vía principal de Vélez Blanco.
El artículo sobre mi pueblo y su castillo me parece bastante correcto, pero creo que deberían rectificar el apartado «cómo llegar». Pueden hacerlo como usted indica pero puede expresarlo de otra manera, nuestro pueblo «merece la pena», y pueden acceder al castillo perfectamente por el centro de pueblo, está perfectamente indicado tanto si va en coche como caminando,, y podrá disfrutar de una visita magnífica. Las calles estrechas que menciona son parte de su encanto, el barrio de la Morería. Espero que modifiquen ese capítulo de su artículo. Les invito a visitar el pueblo con más encanto de Andalucía. Un saludo y muchas gracias.